Otto Cavalcanti expuso cerca de una veintena de cuadros de diferentes etapas de su larga trajectoria en la Sala de exposiciones del Club Nàutic de Salou del 11 al 24 de julio de 2009. En esta exposición presentó su último trabajo: un retrato del técnico cinematográfico y coleccionista, Josep M. Queraltó, recuperando con esta obra la línia pictórica iniciada en los años 1970 denominada el combinismo de formas visuales.
Cavalcanti es un artista inquieto, que necesita estar en una constante acción, trabajar siguiendo los dictámenes de su estado anímico, con serenidad y sentido auténticamente plástico. Desde sus primeras pinceladas, dos hechos han marcado su forma de trabajar, un procedimiento inquebrantable que ha guiado el conjunto de su obra y la búsqueda de la innovación, tanto en el contenido de su arte como en la forma y soportes del mismo. Sus dibujos demuestran su maestría en el dibujo, así como en su obra de distorsiones oníricas, su serie sobre la tauromaquia en aguatintas, su combinismo de formas visuales, sus retratos cibernéticos, sus obras inspirados en la robótica demuestran que Otto es un genio de la vanguardia actual. El combinismo tiene su origen en investigaciones iniciadas por Otto en 1950, basadas en hechos sociales y culturales.
Su obra respira naturalidad exuberante, es una explosión de colores tropicales, formas mágicas, y está poblada por una fauna que despierta la imaginación. Demuestra siempre un fondo autóctono que sugiere leyendas y riqueza folclórica. Su pintura es un estallido de energía que aprisiona y libera formas con una peculiar ordenación de los planos. Es el “combinismo de formas visuales”, especialmente válido para el retrato creativo, un tema constante a lo largo de toda su carrera.
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