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El artista hispano-brasileño Otto Cavalcanti regresó a su ciudad adoptiva Barcelona, después de estar tres años residiendo en su querido Brasil, país al que seguirá desplazándose de vez en cuando para atender algunos proyectos que inició durante su estancia. Tan pronto llegó a la Ciudad Condal, se reencontró con sus amigos, que celebraron su vuelta, y retomó su actividad artística ampliando su obra pictórica. Siendo fiel así mismo, Otto Cavalcanti sigue practicando su máxima: la acción es perfección.
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